martes, 16 de julio de 2013

AGOSTADAS

En las, en ocasiones tediosas, esperas en el  puesto, los minutos se alargan, de forma que el tiempo parece suspendido, nuestra mente desconecta y la percepción consciente es sustituida por una combinación de planos, imágenes y colores sin sentido, un estado cuasi onírico, se apodera de nuestro cerebro y nuestros ojos, se mueven instintivamente, en busca de la "fotografía", en cuyo momento, el retorno a la realidad es inmediato.
Esto es lo que me pasó, cuando seleccioné, de entre todos los matojos agostado, aunque el calor no ha sido extremo en lo que llevamos de verano, la composición que forman el cardo y la gramínea.
Espero que os guste, e incluso los aficionados a pensar pueden usarla para meditar sobre la brevedad y volatilidad del tiempo.
 
Antonio Domínguez Marmolejo.

2 comentarios:

  1. Curiosa composición donde el cardo parace un ser alienígena que ha atrapado a otro. Lo de la volatilidad, a ciertas edades, es mejor no "tocalla" jeje.
    Un saludo.

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  2. Don Manuél una curiosa interpretación. La volatibilidad no es cosustancial con la edad, se es voluble en cualquier momento. Así es que me quiten lo bailao.

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